Historia(13/13)
Durante el siglo XX el puerto de Bermeo ha sufrido grandes transformaciones. De 1890 a 1903, se llevaron a cabo las obras del puerto nuevo y se construyó la actual Lamera; pero esto no era suficiente, en aquella época se veía necesario proteger de manera conveniente la entrada al puerto. De 1901 a 1908 se elaboraron diversos proyectos para construir un rompeolas desde la Bañera hasta los bajos de Boniatxe. Como consecuencia de la galerna de 1912, por real decreto, se acordó aprobar el proyecto de ésta obra. Se pensó construir un rompeolas de quinientos metros de largo, pero en 1929, sólo se habían construido 275 metros y en 1962, 376 metros. La construcción del rompeolas tuvo también su condicionante político, puesto que se hízo utilizando la influencia que los Nardiz tenían con Alfonso XIII, y conseguir de paso, votos a su favor. El Ayuntamiento de Bermeo les mostró su agradecimiento dando a la antigua calle de Carnicería Vieja el nombre de Juan de Nardiz, padre de los hermanos Venancio y Enrique Nardiz.
A partir de 1955, con el crecimiento de la economía y la población, la villa de Bermeo sufre una tremenda expansión, la mayor que ha conocido hasta entonces. En ésta época se construye el tramo del ferrocarril desde Sukarrieta hasta Bermeo. Bermeo se va extendiendo considerablemente desde entonces, fuera del núcleo urbano. Muchas de las zonas donde los terrestres y pescadores tenían huertas, son tragadas por la villa. Todos los riachuelos que desembocan en el puerto son cubiertos para pasar por debajo de la población. Los caminos de los barrios rurales se van adecuando para ser utilizadas por automóviles. Se construyen grandes instalaciones para la explotación de gas sobre Galdiz y lugares tan mágicos y llenos de encanto como Pozoilluna quedan totalmente destruidos. El sector pesquero también ha sufrido grandes cambios: por una parte, ha disminuido el número de la flota de bajura y por otra, se ha desarrollado la pesca de gran altura. Y, por último, se han presentado nuevos proyectos para la adaptación de Bermeo a los nuevos tiempos, las carreteras de circunvalación, el puerto deportivo, etc.
En 1337, mientras Alfonso XI sitiaba Gaztelugatxe, ordenó el amurallamiento de la villa y concedió para su contrucción, 2.000 maravedís anuales, durante cinco años. Más tarde, en 1353, el conde Don Tello, donó para la construcción de la muralla la piedra del antiguo alcázar que tenían en Bermeo los señores de Bizkaia.
La muralla circundaba todo el actual casco antiguo. Comenzando desde las inmediaciones de la iglesia de Santa Eufemia continuaba por la orilla del puerto mayor (por la orilla de la actual Lamera). En la calle Ibarluzea tar Kosme se hallaba el primer portal denominado de Renta o Guerra. La muralla continuaba hasta la plazuela de San Migel y allí se encontraba la segunda puerta, la de San Migel (denominada Sagarbarria en el siglo XVI). Desde aquí, hasta el portal de San Francisco al inicio de la calle Aldatseta (llamada de Socorro o Guadalupe; seguramente sea ésta la “puerta de los Ferreros” de 1357). La muralla subía hasta el portal de Erremedio (también llamada Portaloña o Carcel Vieja; seguramente sea ésta también la denominada puerta de Burgos). Desde aquí, seguía hasta el portal de Santa Bárbara al inicio de Nardiz tar Jon kalea, hasta el comienzo de Nekazari kalea. Aquí se hallaba Beiportale (también llamada portal de Bakas, Labaka o Bakera). La muralla continuaba por Morondo hasta Sanjuanportale. Esta es la única puerta que actualmente queda en pie, todas las demás, desaparecieron en el transcurso del siglo XIX. La muralla terminaba en las inmediaciones de la iglesia de Santa Maria de la Atalaya.
El Bermeo de la Edad Media, desde que se construyó la muralla, tenía la misma estructura que el actual casco antiguo. El sentido de las calles es de oeste a este y se cruzan con las que bajan de norte a sur. Una de éstas últimas, la actual Andra Mari kalea, dirigida hacia la iglesia de la Atalaya, tendría una anchura mayor a las demás y, con seguridad, fué la calle mayor de la villa.
Hasta el siglo XIX, los nombres de las calles de Bermeo, en su mayoría, eran totalmente diferentes a los actuales: Kartzeloña, Sagarkale, Kukunkale, Carnicería, Cestería, Tendería, Pescadería, Manga de lobos, Pisukale, Rotxela y otras.
Las construcciones principales de la villa eran las iglesias, había tres y las tres estaban situadas en la periferia: Santa Maria de la Atalaya al norte, Santa Eufemia al sur y el convento de San Francisco en extramuros.
Otras construcciones importantes eran las casas torre y palacios. Entre otros, podemos mencionar el palacio de los condes de Baños situado en la plaza de la villa, donde se erige hoy dia la iglesia de Santa Maria, la torre de Areiltza, la de Arostegi, la de Arreskuenaga, la de Ermendurua, la de Mendoza de Arteaga, la de Ertzilla. Esta última es la única que queda.
La antigua villa, al menos, a la hora de elegir a las autoridades municipales, estaba dividida en cuatro distritos: Apiotza, Ermendurua, Arostegi y Areiltza, marcados, con toda probabilidad, por hallarse situadas en ellas las torres de éstas familias principales.
El Bermeo tradicional, tenía tres arrabales fuera de la muralla: Adoberia, Erribera y Santamarina. En extramuros y más allá de los arrabales, pero sin llegar aún a los barrios rurales, muchas familias tenían huertas y tierras de cultivo, que servían como un complemento muy importante para la supervivencia familiar.
Las zonas de huertas que fueron desapareciendo al ampliarse la villa son: Tala, Mendiluz, los Tompones, Peña de Oro, Ormabarrieta, Arteazabal, Artalde, Dolariaga, Ibarreta, Ibarburu, Ametzaga, Ikaieta, Dibio, Okarantza, Larrosadi, Azuaga, Mutiaga, Erribera, Goienkale, Usatorre, Erreñezubi, Aranondo, Almikondo, Zarragoitxi, Zarran, Txibitxiaga y Portuburu.
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